PELIGRO: Nueva Era, Gnósticos y esotéricos

Libro: Jan Van Helsing - Las Sociedades Secretas y su poder en el Siglo XX

Autores: Osho, Pablo Coelho

Documental: Peter Joseph - Zeitgeist

jueves, 27 de marzo de 2014

Pro abortista Hillary Clinton y su campaña de control de natalidad

 
 
Mientras queda rezagada la preservación de la vida de las mujeres en el parto

Permanente campaña pro aborto de Hillary Clinton en todo el mundo

El director del Centro de Estudios Legales del Catholic Family and Human Rights Institute (C-FAM), Stefano Gennarini, recordó recientemente la permanente campaña de Hillary Clinton, esposa del ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton y ex secretaria de Estado durante el segundo gobierno de Barack Obama, para que el aborto sea legal en todo el mundo.
27/03/14 8:46 AM |

(ACI/InfoCatólica) En un artículo publicado en el sitio web de C-FAM, Gennarini indicó que «veinte años después de que los Clinton no consiguieron que los países declararan el derecho al aborto, la sra. Clinton dijo a un exclusivo público en la ONU que la humanidad no puede avanzar sin derechos reproductivos».

Clinton, señaló Gennarini, declaró que «no se puede avanzar en igualdad de género o en un desarrollo humano más amplio sin proteger la salud o los derechos reproductivos de las mujeres». El directivo de C-FAM aseguró que «Clinton se mantiene firme en que la salud reproductiva incluye el aborto». «La líder indiscutida en la carrera por la nominación presidencial demócrata en 2016 fue el plato fuerte del Día Internacional de la Mujer en la sede de la ONU» a inicios de marzo de este año, indicó Gennarini.

El líder pro-vida advirtió que «los derechos reproductivos son el punto de partida para una agenda de desarrollo exitosa, según la ex Secretaria de Estado, que llamó a esta una ‘verdad fundamental’». Sin embargo, indicó Gennarini, «muchos países no comparten esa verdad» asegurada por Clinton, y recordó que «la conferencia de la ONU más reciente sobre desarrollo, celebrada en 2012 mientras Clinton era Secretaria de Estado, no mencionó los derechos reproductivos, en cambio, hizo hincapié en el desarrollo socioeconómico».

El director del Centro de Estudios Legales de C-FAM denunció también que «las políticas de derechos reproductivos han canalizado miles de millones de dólares hacia agrupaciones que practican o promueven el aborto». «Pocos países esperaban este resultado cuando los derechos reproductivos fueron mencionados en una conferencia de la ONU sobre desarrollo en 1994. Se atribuye a Hillary Clinton el haber desempeñado un papel tras bambalinas al conseguir que esa conferencia avalara los derechos reproductivos como paradigma para el desarrollo, aunque no obtuvo el derecho al aborto».

Gennarini criticó que «las agrupaciones que se ocupan de mejorar la salud materna (uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en los que se han hecho menos avances) se quejan de que los países donantes subvencionan generosamente los proyectos de derechos reproductivos mientras queda rezagada la preservación de la vida de las mujeres en el parto». «Las medidas vitales para mejorar la salud materna, como la atención obstétrica de emergencia y la atención del parto por personal cualificado, reciben escasa atención de los defensores de los derechos reproductivos, a quienes preocupa más una amplia agenda en pos de la autonomía y la liberación sexual».
 
El líder pro-vida indicó que «pese a los logros de Hillary Clinton como esposa de un político poderoso y en su propia carrera, sigue siendo una figura que polariza. Mientras se intensifica su campaña en las sombras por la nominación presidencial demócrata de 2016, puede estar poniendo la mirada en una oportunidad más para convertir el aborto en derecho humano. Tanto en 1994 como ahora sigue siendo un reto»

Texto extraido de: http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=20362

lunes, 24 de marzo de 2014

New Age, un peligro para la Fé - Gonzalo Len

12/03/2014 - Entrevistas
Gonzalo Len: “La New Age es radicalmente incompatible con lo que transmite Jesucristo”
¿Estás seguro de que la New Age no está influyendo en tu vida, en tu modo de pensar? ¿Qué es? ¿Qué consecuencias tiene para tu vida? Entrevistamos a este sacerdote que da respuesta a estas y otras preguntas en su libro ‘New Age. El desafío’ (Ed. Stella Maris). “El alimento dulce de la New Age son golosinas, que te llenan y te quitan el hambre, pero no te sacian”, afirma



El padre Gonzalo Len analiza los peligros de la New Age
Juan Francisco Jiménez Jacinto
El padre Gonzalo Len (Perú, 1967) aborda en New Age. El desafío esta manifestación que no es una simple moda, ni una secta, ni una religión, pero sus tentáculos llegan mucho más allá de lo que piensas.
Sus mensajes se cuelan a través de películas como Harry Potter, Avatar o 2012, grupos musicales de relevancia internacional como Vangelis, Enya o Secret Garden, de autores de éxito como Paulo Coelho, de seminarios y masters e incluso de terapias de relajación y libros de pseu-dociencia. No es sólo el Reiki, las flores de Bach, yoga, homeopatía, la quiromancia, chakras, meditación trascendental, cristales o aromaterapia. Es mucho más sutil y peligroso.
 
Detrás de todo ello y de otras muchas ofertas conocidas que parecen inocuas se oculta una poderosa reivindicación de cambio cultural, que pretende desplazar los valores como hasta ahora se habían entendido. Este libro te explica con objetividad, profundidad y agudeza, un fenómeno que está afectando a millones de personas en todo el mundo.
 
Gonzalo Len es sacerdote y teólogo, perteneciente al Sodalitium Christianae Vitae, del que ha sido parte de su Consejo Superior. Ex-rector de varios centros educativos católicos. Es un reconocido especialista en la New Age.  
 
 
¿Qué es la New Age?
 
Hay que entender que a la New Age (o Nueva Era) se la conoce más por sus manifestaciones que por su nombre específico. Si uno habla de la homeopatía, del Reiki, del challening, del yoga, de la energía cósmica, de la reencarnación, de los niños índigo… estas manifestaciones se conocen más.
 
Lo importante es entender que estos conceptos y terapias tienen una cierta unidad que se puede insertar en esta categoría de la New Age. Tiene sus orígenes en los años 60 donde claramente se hablaba de una Nueva Era en la humanidad y la historia. El cambio de milenio se veía como la posibilidad de adentrarse en una edad de oro, una humanidad nueva reconciliada y luminosa. Esta se contraponía a la edad que se estaba acabando y que se identificaba con el racionalismo de la ilustración y con la tradición cristiana.
 
 
 
Sin embargo, los años 60 y 70 han pasado y se han superado corrientes como el movimiento hippie, pero ha quedado gran parte de esa filosofía, ¿por qué?
 
Hay una ópera famosa, el musical Hair, que difundió muchísimo esos conceptos. Esa idea de cambio global en la historia de la humanidad ya no se resalta tanto. Estamos en el 2014 y no hubo tal cambio. Ya no se mantiene como una posición global sino como una cuestión personal. Se sigue hablando de la New Age pero en primera persona, tú eres el que tiene que dar su propio paso hacia tu propia Nueva Era.
 
Desde esa perspectiva se mantiene este mensaje alternativo: lo de antes fue malo, lo de ahora será lo mejor. Y lo de antes es la idea de que todo está disgregado: una ciencia que se plantea que hay objetos distintos, separados; una religión que habla de que Dios se hace humano, de unos sacramentos salvíficos y de una divinidad. Es el paso de una realidad del mundo a una Nueva Era.
 
“La Nueva Era se caracteriza por un egocentrismo muy grande, un yoísmo"
 
Entonces, ¿la individualidad es una de las características de la New Age?
 
Muy claramente lo es. Se habla de la unión de la persona con la naturaleza y la transcendencia, pero una característica típica de la Nueva Era es un egocentrismo muy grande, algunos lo llaman un yoísmo. Esto consistiría en la expansión de la consciencia, la armonía.
 
A estos elementos hay que sumarle uno muy importante, la experiencia. La experiencia es el todo prácticamente: lo que tú sientes, lo que tu vives. Las terapias tienen un fuerte acento en esto que se llama la experiencia: la exploración de la consciencia, la experiencia de la unión con el universo.
 
Por lo tanto, si lo más importante es la experiencia, ¿las personas que siguen la New Age no necesitan intermediarios?
 
Es una pregunta muy adecuada porque justamente el cuestionamiento que plantea la New age es que hay que dejar de lado a los intermediarios, las mediaciones, la Iglesia, los sacramentos, los pastores, toda la verdad que se transmite a través de mediaciones. Hablan mucho de esta conexión, de este contacto inmediato, de hacerse uno su propia verdad, de escoger en el supermercado espiritual y de terapias, de acomodar las cosas a cada uno haciendo creer que no hay mediaciones.
 
Sin embargo, al final estos supuestos sabios o maestros se convierten en mediadores, los cuestionan para acabar convirtiéndose en uno de ellos. Se dice mucho que el sabio no transmite conocimientos, lo que hace es ayudarte a encontrar la sabiduría en ti, pero termina siendo evidente que eso no se da.
 
“La New Age sutilmente va indisponiendo radicalmente para la fe”
 
¿Se puede ser cristiano y seguir alguna corriente de la New Age?
 
Efectivamente uno de los puntos fundamentales de la New Age es que se presenta como amigable con cualquier fe. Se dice que no hay enfrentamiento con la fe. Sin embargo, sutilmente y sin crear conflictos va indisponiendo radicalmente para la fe. Eso que los autores de la New Age denominan el ‘nuevo paradigma’, esta nueva forma de ver la realidad la hace incompatible. Lo que se transmite es radicalmente incompatible con lo que transmite Jesucristo.
 
¿Por qué?
 
Fundamentalmente porque la visión que se tiene de la realidad es que todo es un organismo vivo totalmente interconectado. En la película Avatar, por ejemplo, se ve como todo se conecta: hay lugares sagrados donde bajan lianas maravillosas que sirven para sanar, los seres de ese lugar se conectan físicamente con los animales, etcétera. Esa película es un buen ejemplo de esa concepción de la realidad en la que todo esta interconectado. Por lo tanto, la divinidad acaba siendo este gran organismo vivo y uno tiene que lograr conectarse con él.
 
“Cuando rezamos y nos encontramos con el Señor es un encuentro verdaderamente transcendente, no es que me conecto con algo”
 
Sin embargo, es cierto, y la biología lo demuestra, que la naturaleza está interconectada en sí misma. ¿Por qué entonces no es lo mismo Dios, el universo o la energía, conceptos que la New Age coloca en la misma dimensión?
 
Porque la New Age habla de la transcendencia, de la divinidad, pero la categoría más alta que tiene para hablar de Dios es simplemente lo divino. Usa el concepto de transcendencia, pero en el fondo lo que plantea es inmanente. Son dos conceptos filosóficos que pueden resultar difíciles de entender: lo trascendente es una realidad que escapa al horizonte de lo que tenemos aquí abajo, es decir, Dios está más allá del mundo aunque se haga presente en él.
 
La mirada de la New Age plantea que la trascendencia está en la experiencia de este mundo, pero más grande. Hay una radical diferencia. En el cristianismo entendemos que Dios infinito (verdaderamente infinito, no grande) se ha hecho pequeño viniendo al mundo para hacernos parte de la vida infinita de Dios. Hay una cuestión no solo del lenguaje, sino de la realidad, por eso hablamos de unas categorías que son radicalmente incompatibles con la fe. Cuando rezamos y nos encontramos con el señor es un encuentro verdaderamente transcendente, no es que me conecto con algo.
 
Además, desde la perspectiva cristiana es un don que viene a nosotros, es algo que no merecemos, no es algo que yo construyo y me hago a mi medida, y que está al alcance de mi mano porque yo lo he edificado. Es un don que recibimos y en el que estamos insertos y que nos eleva más allá de lo que nosotros podemos producir en nuestra vida.
 
Por lo tanto la Creación es consecuencia de Dios. Es Dios, pero no es todo Dios.
 
Claro. Desde la perspectiva cristiana hay diferencia entre creador y criatura. Desde la perspectiva de la New Age no hay diferencia. Se plantea que venimos de una época en la que las cosas están separadas y se propone una nueva relación. De ese modo, se cae en lo que filosóficamente se conoce como monismo, es decir, relacionan uniendo. No distinguen entre creador–criatura, ni entre alma–cuerpo, ni persona–mundo, sino que se pretende unirlo todo en ese organismo vivo. Ese concepto viene de James Lovelock y lo denominaba Hipótesis Gaia.
 
Sin duda, el mundo y el universo tienen interconexiones: existe una gravedad, los planetas se mueven en relación de unos con otros, las personas tenemos una cierta conexión con la naturaleza y entre nosotros, pero que detrás haya esta interconexión física aunque se le llame espiritual es lo que escapa claramente a la razón y por ello claramente también en la fe.
 
 “Un hinduista se espantaría de ver cómo se ha cambiado el sentido de la reencarnación en la New Age”
 
La New Age bebe de muchas religiones y filosofías orientales, sin embargo, parece que las pasa por el filtro del relativismo que impera en Occidente y las “aligera”. Sería un proceso similar al que sucede con algunos sectores del catolicismo en los que se estarían creando cristianos light. Por lo tanto, podríamos estar de acuerdo en que no habría que disparar a todo lo que se mueve, sino que hay unas tradiciones espirituales, incluso más antiguas que la religión cristiana que son víctimas del mismo relativismo, y eso da como resultado la New Age.
 
Así es. La New Age, como categoría de lo alternativo, ha buscado en el mundo oriental unas tradiciones que se contraponen con la tradición cristiana occidental. No obstante, en Oriente se espantarían mucho al ver cómo han deformado sus propias tradiciones en esta pseudoreligión light.
 
Hay que recordar que la New Age busca dar respuestas ligeras a los hombres y las mujeres de nuestro tiempo. Hombres y mujeres que están agotados, que quieren una experiencia espiritual más grande, profunda y de sanación, pero lo quieren fácil y rápido. La New Age ofrece una versión light de distintas fuentes de las filosofías orientales, pero también del gnosticismo, la teosofía, y otras realidades ocultas.
 
Un ejemplo muy claro es la creencia en la reencarnación: para el hinduismo la reencarnación es una maldición porque significa que no has vivido bien tu vida. Sin embargo, para algunas variantes de la New Age la reencarnación es una respuesta para el destino eterno, como una escalera hacia arriba. Se trata la reencarnación como una respuesta muy luminosa. Un hinduista se espantaría de ver cómo se ha cambiado.
 
¿Entonces es tan incompatible ser cristiano con la New Age como ser hinduista con la New Age?
 
Es incompatible porque cuando uno entiende los presupuestos que están detrás de la Nueva Era es claro que bebe de tradiciones que son incompatibles con el cristianismo. La mirada del mundo que ofrece, de Dios y de la persona la hace incompatible. Eso y las cosas que implica: esa distinción de lo inmanente y lo transcendente que ya hemos tratado.
 
Otro elemento importantísimo es que para un cristiano Dios no es algo con lo que nos conectamos, sino alguien con quien nos relacionamos, una relación personal donde él tiene la iniciativa y nos muestra el camino.
 
¿Cómo ve a Jesucristo la New Age?
 
Como un maestro espiritual que repartió sabiduría. Sin embargo, no es un maestro universal que está junto a otros maestros. Jesucristo es el hijo de Dios que ha venido a salvarnos a todos.
 
En este sentido, los sacramentos salvíficos son cuestionados y relativizados en relación a estas nuevas terapias que son una supuesta fuente de producción de energía y sensaciones.
 
“En la Nueva Era la moral es un camino que tú te haces”
 
Deme más ejemplos de por qué un cristiano entra en contradicción con sus creencias si acude a estas terapias.
 
Por ejemplo en la moral. La Nueva Era es fundamentalmente relativista, donde la verdad existe, pero es lo que tú experimentas. Ni si quiera se trata de un relativismo racionalista donde la verdad es lo que piensas o deduces, sino que es lo que tú experimentas. La moral vendría a ser un camino que tú te haces.
 
Cuando se empieza a tener vivencias en la Nueva Era, esas terapias, el Reiki, el yoga y busca en las cartas la verdad de la realidad poniendo su confianza en cosas que no son Dios como si lo fuera, la persona se puede insertar en el ámbito de las fuerzas oscuras, en el ámbito del mal. Me ha tocado escuchar experiencias tristes y dolorosas a este respecto.
 
Para los cristianos se nos ha revelado la verdad a cerca de Dios y de nosotros mismos. La Nueva Era plantea las relevaciones como paralelas y habla de los sabios del universo a la medida de cada uno.
 
El hecho de que las personas recurran a la New Age para canalizar su necesidad espiritual, ¿podría significar un agotamiento de la forma en que se comunica el mensaje católico?
 
Efectivamente. Por eso la llamada de Juan Pablo II, Benedicto XVI y el Papa Francisco a la Nueva Evangelización afirma: renueven su ardor, renueven sus métodos, renueven su expresión.
 
Y está claro que tienen que renovarse porque el mundo cambia y la Iglesia ha hecho eso durante toda su historia. Uno puede ver en parroquias, diócesis, movimientos, congregaciones, comunidades, distintas experiencias y formas de vida cristiana de un rico apostolado esperanzador. Sin duda hay caminos diferentes que además responden a sensibilidades distintas.
 
“Ya no hay una cultura cristiana, sino secularizada y eso supone un reto particular para la iglesia”
 
Pero es verdad que está costando hacer llegar ese mensaje fuera de los propios círculos católicos.
 
Porque estamos en una etapa y una cultura mundial que ha vivido un cambio radical en relación al último milenio, donde ya no hay una cultura cristiana, sino secularizada y eso supone un reto particular para la iglesia. De ahí la importancia de que el Papa Francisco esté impulsando con esa frescura el hecho de que tengamos que salir de las diócesis.
 
¿La New Age ha sabido “salir”?
 
Sin duda la Nueva Era ha tenido la habilidad de apuntar a algunas hambres del hombre y de la mujer de nuestro tiempo, a la persona cansada, a la persona estresada, a la persona agotada.
 
Normalmente, la New Age tiene mucha presencia en países del primer mundo, occidentales, y en personas con cierta cultura y tradición religiosa que están entre los 40 y los 60 años, aunque no solo. Eso te habla de un perfil de alguien que está agotado y fastidiado y que busca con autenticidad una experiencia transcendente, busca paz y reconciliación.
 
Aunque esas búsquedas y esos anhelos son auténticos están guiados por distorsiones del hombre de nuestro tiempo: que las cosas sean sencillas, que no te cuestionen, que no sean mensajes fuertes, que tengas un supermercado donde escoger, que estén al alcance de la mano, que te haga sentir bien… decía un autor que la New Age no te exige más compromiso que el que tienes cuando vas al cine.
 
Estamos viviendo la sociedad de la comida rápida, del sexo rápido, de las relaciones rápidas… ¿estamos también en la sociedad de la espiritualidad rápida?
 
Exactamente. Algún autor lo ha explicado como el supermercado espiritual. Podría ser un bufet donde escoges lo que te gusta de una gran variedad de ofertas.
 
Hay agudezas para responder algunas realidades del corazón humano que son auténticas y también agudezas para responder según estos cánones distorsionados de nuestros tiempos. La Iglesia no va a responder a las distorsiones de la persona. La iglesia exige a la persona una respuesta más consistente, pero sobre la base de presentar una realidad verdaderamente luminosa, que es Jesús. Ese es el reto de la Iglesia en la actualidad: presentar a Jesús con su riqueza, la misma de ayer, hoy y siempre.
 
Pero existe un peligro, los que somos sacerdotes o cristianos laicos tenemos que tener en cuenta que la New Age no nos va a dar herramientas para ser mejores apóstoles. Es triste ver ese pensamiento dentro de algunas realidades de la propia Iglesia.
 
“El alimento dulce de la New Age son golosinas, que te llenan y te quitan el hambre, pero no te sacian”
 
¿Cómo se puede ayudar a una persona a salir de la New Age?
 
Primero hay que hacer una aclaración: algunas de estas terapias son radicalmente más nocivas que otras, no todas se valen de la misma manera. Pero esas terapias más inocuas pueden suponer un inicio que acabe en otro lugar.
 
Dicho esto, pienso que para ayudar a una persona a que salga de la New Age la respuesta inicial no debe ser decirle el problema, sino hacerle entender que el alimento dulce de la New Age son golosinas, que te llenan y te quitan el hambre, pero no te sacian. Lo que necesitan las personas es alimento de verdad para el cuerpo y para la vida, el pan de vida o agua viva que es Jesucristo.
 
Como todo apostolado hay que tener el discernimiento y la fineza espiritual de hacerle ver a la persona que lo que anhela de verdad no lo está encontrando. Si una persona baja un poco las barreras y encuentra ya a Jesús el siguiente paso sería desmontar esas terapias desde la razón.
 
También es importante ver que la persona es una persona concreta y solidarizarse con sus anhelos específicos y dialogar poco a poco. Por ejemplo, al hablar del Reiki, analizar de donde nace esa terapias cuyo origen es claramente esotérico, etcétera. Al explicar los presupuestos se pone en juicio la confianza que está depositando la persona en estas terapias.
 
El libro que acaba de publicar, ¿ayuda a ayudar?
 
Ayudar a alguien a salir de la New Age no es un proceso fácil. El libro está escrito sobre todo para cristianos católicos que quieran formarse para entender este fenómeno, eventualmente no caer en él y fundamentalmente para que hagan apostolado ayudando a las personas. Un apostolado persona a persona.
 
El beato Juan Pablo II lo dijo muy claramente cuando tuvo una visita ad limina con un grupo de católicos americanos. El Papa alertó de que la New Age está entrando en las catequesis, en los retiros de reflexión, en los caminos espirituales… y confunde a muchos fieles que no se dan cuenta hasta qué punto esas filosofías son incompatibles con la fe cristiana.

jueves, 20 de marzo de 2014

Ideología de género, un poema gracioso

 
 
 
http://infocatolica.com/blog/espadadedoblefilo.php
Generación.com-Bruno Moreno (5/3/2014); Acabo de leer en un periódico no religioso que, en la provincia de Ontario, en Canadá, el programa de educación para los niños a partir de ocho años de edad enseña que existen seis géneros: hombre, mujer, transgénero, transexual, dos espíritus e intersexual. ¡Tantos años estudiando y yo nunca me enteré de algo tan importante! Está claro que soy un ignorante.
Además, el programa incluye actividades en las que los niños representen papeles del género opuesto, escriban cuentos tradicionales “cambiando los géneros”, hagan dibujos para la cabalgata del Orgullo Gay, busquen imágenes de esta última en Internet o lean libros como “¿Eres un niño o una niña?”, “Gloria va al Orgullo Gay” o “Hacerlo bien” (este último trata temas como el sexo anal y la masturbación). Como posibilidad opcional, se plantea la celebración de una cabalgata del Orgullo Gay en el propio colegio. Por supuesto, el programa es obligatorio, sin ninguna notificación a los padres ni la posibilidad de retirar a los niños del mismo.
Lo más curioso es que el tolerante Ministerio de Educación aconseja a los profesores que traten “estos temas polémicos” aunque haya “una respuesta negativa por parte de los padres”. Y, por si acaso algún profesor se atreviera a escuchar al sentido común en lugar de al Gran Hermano ministerial, se le advierte que si omitiese cualquier parte del programa, estarían “promoviendo un entorno venenoso”. ¿Cuánto tardaremos en ser acusados de hacer lo mismo en nuestras familias si nuestros hijos son educados como cristianos o, simplemente, como personas sensatas?
Me he imaginado a los pobres niños y, para desesperación de mis lectores, he compuesto un breve romance con lo que le cuenta a su padre un niño de un colegio español similar a uno de los canadienses:
Romance de un alumno
 de escuela moderna y avanzada

Papá, por favor, escucha:
Llévame a un cole normal.
Que este colegio de ahora
Me está empezando a asustar.

Me dicen que lo moderno,
Es ser experimental,
Que lo único importante
Siempre es la diversidad,

Con libertad creativa
Y autonomía moral
(Y si el maestro lo dice,
Tendrá que ser la verdad).

De los niños de mi clase
No hay dos que sean igual,
Porque aquí los profes quieren
Mucha originalidad:

A Juan le gustan las niñas
Igual que a ti mi mamá,
A Curro, niñas y niños,
Para mayor variedad;

A Pedro sólo los niños
Que al fútbol saben jugar;
Vicente no se decide,
prefiere experimentar;

Mari tiene dos espíritus
En lucha trascendental;
Estela quiere operarse
Y ser por fin como Juan;

Santi dice, muy contento,
que él siempre está más allá
de los roles que ha creado
la sociedad patriarcal;

Y yo tengo un lío grande
De tanto hablar y pensar,
No sé si soy L, G
T, B, Y, Z o K.

Papá, por favor, escucha:
Llévame a un cole normal.
Yago, además de su padre,
Tiene también dos mamás

Y Javi, cada semana,
Estrena un nuevo papá;
A Yennifer la ha criado
Una comuna ilegal

Y no conoce a su padre
Ni a su madre, ¡qué más da!
El padre de Alba se llama
“Insemin Artificial”,

Porque su madre pensaba
Que así se iba a realizar;
Hay familias numerosas
Como la de Maripaz,

Porque suman cuatro “hermanos”
(Ella, dos gatos y un can)
Y, según dicen sus padres,
Quieren a todos igual.

Joaquín es niño probeta
Y cuando se va a acostar
Le da siempre un par de besos
A su tubo de cristal,

Porque sus padres trabajan
Día y noche sin parar.
Yo los quiero mucho a todos,
Como amigos de verdad,

Pero me siento muy raro
Por tener mamá y papá.
Los otros niños se ríen
Hasta que me hacen llorar

Y dicen que somos pobres
Y no podemos pagar
Un divorcio en condiciones
Como hacen los demás.

Otros piensan que es un virus
Que se puede contagiar
Y que los médicos llaman
“Familia tradicional”.

Papá, por favor, escucha:
Llévame a un cole normal.
Es que, en éste, no me dejan
Estar ni vivir en paz

Y en cuanto abro la boca
siempre termino fatal,
Pues si le respondo al profe
Que algo está bien o está mal,

O defiendo el matrimonio
(Salvo el homosexual),
Hablo de amor para siempre,
Respeto y fidelidad,

O pienso que mis hermanos
Valen más que un animal,
Me castiga por listillo
Y por ser un radical.

Papá, por favor, escucha:
Llévame a un cole normal,
Que aquí lo raro es la norma
Y no existe la verdad.
Para evitar malentendidos, quiero dejar muy claro que no es mi intención burlarme en absoluto de los niños cuyas familias se aparten de la norma. Bastantes problemas tienen ya. Ni tampoco pretendo reírme de los adultos que componen esas familias y que, a menudo, se limitan a intentar ser felices como mejor saben. Para todos ellos, nuestra sinceridad y también nuestro cariño, como dice el propio niño del romance.
De lo que sí me burlo es de los colegios/ministerios/ambientes en los que se intenta hacer creer que todo da igual, que es lo mismo tener un novio distinto cada semana que estar casado, que la realidad está al servicio de lo que me apetezca cada mañana o cualquiera de los otros dogmas absurdos e irreales de la ideología de género.