PELIGRO: Nueva Era, Gnósticos y esotéricos

Libro: Jan Van Helsing - Las Sociedades Secretas y su poder en el Siglo XX

Autores: Osho, Pablo Coelho

Documental: Peter Joseph - Zeitgeist

jueves, 9 de julio de 2015

Ecología Sí, Ecologismo No - Manuel Guerra Goméz



El término griego oîkos, que significa “casa, familia”, figura como primer elemento componente de varias palabras latinas: oeconomia, oeconomicus, y desde el latín al español: “economía, ecónomo, económico”. Desde mediados del siglo XIX se ha puesto cada vez más de moda la palabra “ecología” para designar “el estudio” de los seres vivos (vegetales, animales) (Haeckel, 1869), incluido el hombre (R. E. Park-E. W. Buguess, 1921) y su “entorno” o “medio ambiente”. Con otras palabras, se considera la Naturaleza, la Tierra e incluso el Universo como “nuestra casa” y se estudian el conjunto de relaciones mutuas, tanto las beneficiosas como las perjudiciales. La encíclica del papa Francisco se subtitula precisamente “Sobre el cuidado de la casa común”; usa también “nuestra casa” aunque menos veces.
  1. ECOLOGíA, Sí
Como todas las palabras, “ecología” posee varios significados. He aquí los principales, tratados todos, aunque con distinta extensión y profundidad, en la encíclica Laudato si (= LS), comienzo del Cántico de las creaturas de san Francisco de Asís: Laudato si´, mi´ Signore, “Alabado seas, mi Señor”.
1.1. La Tierra, “nuestra casa”
La Tierra en su conjunto es como la casa o morada de los hombres con distintos estratos o pisos superpuestos y a la vez entreverados: minerales, mares, vegetales, animales, el hombre y recubriéndolo todo la “atmósfera”, o sea, “la esfera de aire respirable”. Son estratos que mutuamente se influyen benéfica y a veces dañinamente. Tanto el cuidado como el daño que se inflija a uno repercuten en los restantes, pues son interdependientes y subordinados. El agua y los minerales ofrecen los nutrientes necesarios para su existencia a los vegetales, estos a los animales herbívoros, estos a los carnívoros y todos al hombre (LS 22).
Dos veces se afirma en la encíclica; “la realidad es superior a la idea” (LS 110, cita de Evangelii gaudium 231), aunque a veces la idea, transformada en ideología, consigue amañar y configurar la realidad. No obstante, la degradación ecológica es una realidad que está ahí: el cambio climático, el calentamiento global, el efecto invernadero, la pérdida de selvas y bosques, así como de la biodiversidad o de las especies, etc., (LS 20-52). También aquí la ideología provoca diversidad de opiniones, a veces enconadamente diversas y hasta opuestas en la interpretación de la misma realidad, de sus causas y remedios (LS 60). A la Iglesia compete fomentar el diálogo entre los científicos, respetar las opiniones (LS 199ss.,).

Lea el artículo completo de D. Manuel Guerra aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario