«La gente que va a charlas de sectas se ha multiplicado con la crisis»

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Luis Santamaría, El sacerdote y experto en sectas recomienda no achacar nunca al captado que se ha dejado engañar
- Da la sensación de que hace años preocupaban más las sectas.
- A finales de los años 80 y principios de los 90 es cuando hubo una
preocupación social por ellas, con una gran presencia en los medios de
comunicación de familias afectadas y con repercusiones políticas, ya que
se estudió el tema también en el Congreso de los Diputados, en la UE...
Ahora parece que no tiene tanta importancia.
- ¿Han desaparecido?
- No, pero la secularización que afecta a las grandes religiones
también les afecta. Aquellas con un perfil más religioso no tienen el
éxito que tenían en otros tiempos. Lo que ha crecido mucho en los
últimos siete años en España, con la crisis global que ha puesto en
juego a la persona y al ser humano, son todas las ofertas de tipo
espiritual que se desmarcan de lo religioso y que proponen meditación,
ejercicios físicos que afectan también a la psicología, terapias,
sanación, esoterismo... Todo lo que englobamos en la Nueva Era está
creciendo mucho ahora.
- ¿Qué es?
- Una cultura en la que entran grupos y centros que hablan de un
cambio espiritual en el ser humano. Se denomina así porque después de
2.000 años de la era astrológica de piscis, cuyo signo del pez
representaría al cristianismo, vendría la de acuario. Es una era del
amor y de la paz universal en la que aseguran que conspirando todos
juntos se puede hacer que terminen las religiones y que haya una sola
espiritualidad para todos, en comunión con la naturaleza. En esta
cultura se pueden ubicar muchas de esas ofertas de orientalismo,
meditación, sanación...
- No todas serán sectas...
- Claro que no. Este libro ha nacido a partir de consultas que recibimos a diario en la Ries.
- ¿Cómo acaba una persona cayendo en la red de estas organizaciones?
- Hay quien piensa que los que son captados es porque tienen un bajo
nivel cultural. Hay una serie de tópicos y prejuicios que provocan que
las familias víctimas no sean comprendidas y sientan vergüenza de
plantear este problema. El de las sectas es un fenómeno que afecta a
todo el mundo y que la persona captada vive con mucha intensidad. Las
sectas se acercan a la persona por dos vías. El primero es el afectivo
relacionado con los sentimientos, la necesidad que todos tenemos de
sentirnos queridos. El otro es el espiritual. Necesitamos darle un
sentido a la vida, entender lo que nos pasa a nosotros y al mundo, darle
coherencia y sentido. Si dan con una persona que está en un momento de
crisis, tiene alguna vulnerabilidad más acentuada o simplemente tiene
unas necesidades espirituales, en ellas el trabajo de la secta va a
tener más posibilidades de éxito.
- ¿Por qué?
- Uno de sus anzuelos es el proponer actividades que sean interesantes para la persona, utilizando elementos positivos.
-¿Cómo logran mantenerles?
- Con técnicas de control de la personalidad a través de lo afectivo,
la comunicación, de aislar a la persona de su entorno a través de
dinámica de premio y castigo para infantilizarla... Todo ello valiéndose
de una visión dicotómica del mundo, es decir, del dentro está lo bueno y
fuera lo malo, el 'solo si estás con nosotros te vas a curar o salvar'.- ¿Cómo ayudan a las personas que acuden a ustedes?
- A veces son simples consultas y se les da información para que sepan las doctrinas de un grupo, dónde están, qué es lo que hacen... Para que sepan si ese familiar o amigo está o no dentro. En otras ocasiones hace falta un acompañamiento y una orientación más profesionales. Contamos con algunos psicólogos en nuestra red pero fuera de ella también contamos con otros muchos profesionales de la salud y la psicología en diferentes lugares que colaboran en orientar a las familias y, en el caso de que sea necesario y posible, hacer algún tipo de terapia para volver a hacer pensar a la persona por sí misma, que es lo que se persigue.
- ¿Cómo actuar ante un caso así?
- En primer lugar, nunca ser agresivo con la persona ni achacarle que
se ha dejado engañar porque en la secta ya se le habrá prevenido sobre
eso y la forma en la que tiene que reaccionar. Es la profecía
autocumplida. Sobre todo mantener el contacto y que sepa que su familia y
amigos le quieren incondicionalmente y que podrá volver a su casa. En
segundo lugar, en la medida de lo posible, hacer a la persona entrar en
razón. Que piense por sí mismo si lo que está viviendo responde a lo que
él quería o si le han llevado por un camino que no ha elegido.
- ¿Cuántas sectas hay en Euskadi?
- Es imposible dar una cifra exacta. Llevaría un tiempo del que no
dispongo. El año pasado hice un listado aproximado y conté 350 grupos en
España, aunque será mayor porque dejé fuera a los grupos satánicos, por
ejemplo, que se mueven en secreto y no sabemos cuántos hay.
- ¿Qué caso le ha marcado?
- Me impactó mucho el de una mujer de 60 años. Fue a una conferencia
en su ciudad de un líder sectario. Como allí no había un grupo ni él
volvió a aparecer, ella misma con lecturas y prácticas llegó a un punto
en el que decía que su conciencia había evolucionado de tal manera que
no podía estar con su marido porque le hacía mal espiritualmente. Lo
abandonó. Es un caso sectario sin que haya grupo, lo que muestra cómo
todo esto está cambiando.
- Habrá quien se extrañe al ver un cura escribiendo sobre sectas...
- Es un libro eminentemente confesional, en el que no solo hacemos
una crítica desde lo racional y el sentido común, sino también
proponemos la visión que tiene la fe cristiana para explicar por qué
estas sectas son incompatibles con ella...
- ¿Incompatibles?
- Hay algunas que se presentan como compatibles con cualquier forma
de pensar o credo religioso, sin embargo, están proponiendo una religión
alternativa. Dirigido a los creyentes estamos diciendo 'ojo con esto'. Y
dirigido a todos los demás también queremos advertirles de lo que está
ocurriendo con todos estos grupos que se nos presentan como filosóficos o
científicos cuando no tienen ningún aval científico y están
confundiendo términos para poder llegar a mucha más gente.
- ¿La crisis ha propiciado la captación?
- No tengo datos, pero me he dado cuenta de que a las actividades de
estos grupos va ahora mucho más público, se ha multiplicado por cinco o
seis en algunos casos. He asistido a charlas a las que entre los años
2000 y 2008 solo acudían 10 personas, mientras que ahora van 60 ó 70
personas. Hay una multiplicación en el público permeable a la captación
sectaria.
- ¿Cómo actúa la Iglesia?
- Para ella las sectas son un desafío porque se está preguntando qué
está haciendo mal para no ser capaz de llegar a algunas personas a las
que sí llegan las sectas. O lo que es más grave, por qué algunos
católicos dejan la iglesia para irse a estos grupos. Últimamente la
Iglesia asocia este fenómeno con la secularización, que aunque parecen
contrarios van en paralelo. Mientras la sociedad cada vez es menos
religiosa y quiere marginar a Dios y otras religiones del espacio
público, al mismo tiempo vemos que más personas buscan la espiritualidad
en estos grupos, que les lleva a ser esclavizados por una patología de
lo religioso.